CAPÍTULO 20
El Señor revela sus propósitos a Israel—Israel ha sido escogido en el horno de la aflicción y ha de salir de Babilonia—Compárese con Isaías 48. Aproximadamente 588—570 a.C.
1 Escuchad y oíd esto, oh casa de Jacob, que os llamáis del nombre de Israel, y habéis salido de las aguas de Judá, o sea, de las aguas del abautismo, los que juráis por el nombre del Señor y hacéis mención del Dios de Israel, mas no juráis ni en verdad ni en rectitud.
3 He aquí, yo he declarado las cosas aanteriores desde el principio; y salieron de mi boca, y las mostré. De improviso las mostré.
4 Y lo hice porque sabía que aeres obstinado, y nervio de hierro es tu cerviz, y tu frente de bronce;
5 y te las he declarado aun desde el principio; antes que sucedieran te las manifesté; y las manifesté por temor de que dijeses: Mi aídolo las hizo; mis imágenes de escultura y de fundición mandaron estas cosas.
6 Lo viste y lo oíste todo; y ¿no queréis anunciarlo? Y que desde entonces te he mostrado cosas nuevas, sí, cosas ocultas que no sabías.
7 Ahora son creadas, y no desde el principio, ni aun antes del día en que las oíste te fueron declaradas, para que no dijeras: He aquí, yo las sabía.
8 Sí, y tú no oíste ni supiste; sí, no se abrió desde entonces tu oído; pues sabía yo que serías muy desleal, y fuiste llamado atransgresor desde el vientre.
9 No obstante, por causa de mi anombre diferiré mi ira, y para alabanza mía me contendré para no talarte.
13 Mi mano afundó también la tierra, y mi diestra extendió los cielos; los llamo, y se presentan juntamente.
15 También dice el Señor: Yo, el Señor, he hablado; sí, lo llamé a declarar, y lo traje; y él hará próspero su camino.
16 Allegaos a mí; no he hablado en asecreto; desde el principio, desde el momento en que se declaró, yo he hablado; y el Señor Dios me ha enviado, y su Espíritu.
18 Oh, si hubieras escuchado mis amandamientos: habría sido entonces tu paz como un río, y tu rectitud cual las ondas del mar;
19 y como la arena tu adescendencia, y los renuevos de tus entrañas como los granitos de ella; su nombre no habría sido cortado, ni raído de mi presencia.