Lehi lleva a su familia al desierto junto al Mar Rojo—Abandonan sus bienes—Lehi ofrece un sacrificio al Señor y enseña a sus hijos a guardar los mandamientos—Lamán y Lemuel murmuran contra su padre—Nefi es obediente y ora con fe; el Señor le habla y es escogido para gobernar a sus hermanos. Aproximadamente 600 a.C.
1 Porque he aquí, aconteció que el Señor habló a mi padre, sí, aun en un sueño, y le dijo: Bendito eres tú, Lehi, por lo que has hecho; y porque has sido fiel, y has declarado a este pueblo las cosas que yo te mandé, he aquí, tratan de aquitarte la vida.
4 Y ocurrió que salió para el desierto; y abandonó su casa, y la tierra de su herencia, y su oro, su plata y sus objetos preciosos, y no llevó nada consigo, salvo a su familia, y provisiones y tiendas, y se adirigió al desierto.
6 Y aconteció que después de haber viajado tres días por el desierto, asentó su tienda en un avalle situado a la orilla de un río de agua.
8 Y al río que desaguaba en el Mar Rojo dio el nombre de Lamán; y el valle se extendía por las riberas del río y llegaba hasta cerca de su desembocadura.
9 Y cuando mi padre vio que las aguas del río desembocaban en la fuente del Mar Rojo, habló a Lamán, diciendo: ¡Oh, si fueras semejante a este río, fluyendo continuamente en la fuente de toda rectitud!
10 Y dijo también a Lemuel: ¡Oh, si fueras tú semejante a este valle, firme, constante e inmutable en guardar los mandamientos del Señor!
11 Esto habló por causa de la dureza de cerviz de Lamán y Lemuel; pues he aquí, amurmuraban contra su bpadre en muchas cosas, porque era un hombre cvisionario, y los había sacado de la tierra de Jerusalén, abandonando la tierra de su herencia, y su oro, y su plata y sus objetos preciosos, para perecer en el desierto. Y decían que había hecho esto por motivo de las locas imaginaciones de su corazón.
12 Y así era como Lamán y Lemuel, que eran los mayores, murmuraban en contra de su padre; y hacían esto porque no aconocían la manera de proceder de aquel Dios que los había creado.
13 Ni creían tampoco que aquella gran ciudad de Jerusalén pudiera ser adestruida conforme a las palabras de los profetas; y eran semejantes a los judíos que estaban en Jerusalén, los cuales procuraban quitarle la vida a mi padre.
16 Y sucedió que yo, Nefi, siendo muy joven todavía, aunque grande de estatura, y teniendo grandes deseos de conocer los amisterios de Dios, clamé por tanto al Señor; y he aquí que él me bvisitó y centerneció mi corazón, de modo que dcreí todas las palabras que mi epadre había hablado; así que no me rebelé en contra de él como lo habían hecho mis hermanos.
17 Y le hablé a Sam, declarándole las cosas que el Señor me había manifestado por medio de su Santo Espíritu. Y aconteció que él creyó en mis palabras.
18 Mas he aquí, Lamán y Lemuel no quisieron escuchar mis palabras; por lo que, aafligido por la dureza de sus corazones, rogué al Señor por ellos.
19 Y aconteció que el Señor me habló, diciendo: Bendito eres tú, Nefi, a causa de tu afe, porque me has buscado diligentemente con humildad de corazón.
20 Y según guardéis mis mandamientos, aprosperaréis y seréis conducidos a una btierra de promisión, sí, a una tierra que yo he preparado para vosotros, una tierra escogida sobre todas las demás.
23 Porque he aquí, el día en que se rebelaren contra mí, yo los amaldeciré con penosa maldición, y no tendrán ningún poder sobre tu posteridad, a menos que ella también se rebelare contra mí.
24 Y si tu posteridad se rebelare contra mí, ellos les serán por aazote a tus descendientes, para bestimularlos a que se acuerden de mí.